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martes, 31 de marzo de 2009

EL HOMENAJE..... !A LA MTB EN ESTADO PURO!

Por Pako Garrido


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Es cierto, el V HOMENAJE DE 2009 ha sido mountain bike genuina, en estado puro. Si la organización de la Sufrida pretendía hacer una prueba dura, lo ha conseguido, una auténtica “macho, macho, man”, ya hemos subido, en los Homenajes y los 101KMS, por todos los accesos posibles desde abajo del Tajo a la ciudad de Ronda, salvo que la organización se proponga para la próxima edición subir por la pared de rocas del tajo con las bicicletas colgadas a las espaldas, pero más vale no darles ideas por si acaso.

Bueno, comienzo por el principio, a las 06:00 horas diana (05.00 H), salgo para Ronda acompañado de mi familia, mi hijo participaba en la marathón de 43 kms., llegamos a las 08:30 horas, me llama Farma mientras recomponía mi bici, me fui a buscarle calle abajo y le aviso por el móvil que estoy en la casa de lo Cultura pues tenía que recoger mi dorsal. Nos vamos al cajón de salida, sellamos y nos colocamos bastante alejados de los primeros en dicha salida porque se aproximaba la hora las 09:30 horas y estaba el cajón lleno. Hay fotos tomadas por mi hijo que registran el momento.

Nervios, hacía una temperatura estupenda, sin frío apenas, soleada, no había ni una nube, es más, dejé a propósito el chubasquero en el coche porque se veía un cielo totalmente claro, un día fabuloso. Toca la señal de salida y ya veíamos a los primeros que iban más allá de la Plaza de Toros y nosotros ni nos habíamos movido del lugar, esto ocurre por la gran aglomeración de ciclistas.

Por fin salimos, yo salgo con gran entusiasmo, voy adelantando a gente, por un lado por otro, pasando el mirador del Tajo (oigo a un ciclista decir ¡!Ay, esas dobles!!), por las calles antiguas de Ronda, después en las curvas que conducen al Arco de Entrada de Ronda La vieja, por otras calles, las primeras rampas de subidas, ya comienzan bajadas, nada, ahí iba yo con Farma, me sentía fenomenal, fuerte, que había subidas pues a más ciclistas que adelantaba, y Farma conmigo. Comienzan bajadas muy empinadas por zonas asfaltadas y rotas, pero nada, seguía pletórico, me iba vengando de todos lo que podía y se habían colocado delante nuestra en el cajón de salida, atrás quedaron aquellos tiempos en mi primera 101 KMS que temía arrimarme a los grupos en la salida, ahora todo lo contrario, me daba igual. ¡A por ellos!, a esto Farma en una de estas me dijo “la vamos a hacer tranquilos”, más o menos me dijo eso. Pero pronto acabaron mis adelantamientos, a unos seis kilómetros, más o menos, empieza a verse gente bajada de las bicis, llegamos Farma y yo, muy fuertes, “dejad pasar”, y a poco que subíamos nada ¡pie a tierra!, la gente arremolinada, atravesados y ahora ¿quién arranca cuesta arriba?, y con el terreno bastante roto. Bueno, esto es igual que el año pasado, pensé, pero Jeje, que iluso, cuando supero la primera de las cuestas bajamos por un barrizal, Farma ya se perdió, a él esto le va, llevaba ruedas ex profeso para el barro y el tío le da igual el barro, se tira a lo que le da la burra cuesta abajo. Comienzo yo mi particular ¡paso del desierto! y bajo entre muchos ciclistas por la zona del barro, ya vi al primero con la cadena partida en sus manos, más tarde vería a otros, fue un día de bicis rotas, continúo con cautela pero hasta que viene mi primera caída, caí con mucha fortuna sobre el lado derecho del carril sobre matorral y solo me lastimé un dedo y unas rozaduras estupendas en la pierna izquierda, pudo ser peor si llego a llevar maillot corto o guantes cortos sin protección (algo tenía que hacer bien). Me repongo del sustillo y un ciclista me pregunta ¿cómo estás?, pues nada bien, seguimos por el barro, por fin terminan otros sube y bajas, pero con la dificultad añadida de que las calas no encajaban en los automáticos, pero pedaleaba con el centro de la bota. Farma me espera cerca de un paso a nivel del tren donde sellamos la primera vez el pasaporte serrano, llegamos hasta allí y nos encontramos a ciclistas detenidos porque pasaba en ese instante el tren, Agrupamiento de ciclistas, cachondeo hasta que el responsable del paso (o agujas) decide levantar las barreras, nada más pasar hay un río y unos bomberos nos ofrecen agua para lavar el barro de las bicis, Farma se marchó y me quedé para intentar limpiar los pedales. Continúo y me encuentro con Farma, ya vamos camino del primer pueblo, Benaoján, más subidas y encuentro con la meleterica al inicio de la subida de la Raspa. El tiempo era fenomenal, no hacía calor pero aparecieron en escena algunas tímidas nubes. Emprendemos la subida terrorífica del pueblo Montejaque, calles estrechas y muy empinadas, Farma se marcha otra vez y me espera en otro punto de sellado del pasaporte, en una especie de embudo. Ahora continuamos para subir otras cuestas de tierra, gente bajadas de las bicis, subida corta que vuelve a llevarnos a la carretera de asfalto para después desembocar entre unas calles que llevan a la subida de los romeros, es decir, la subida empedrada de la Ermita de Montejaque, a esto Farma va delante y no teníamos a nadie que nos entorpeciera en el primer tramo del zigzag, hasta llegar a la primera revuelta, ya estaban allí los de siempre, bajados y además casi en medio, así que Farma y yo gritamos, dejad pasar que vamos, pero nada uno se cruza y Farma pie a tierra, yo que voy detrás, pero guardando las distancias para evitar esos contratiempos, nada, lo mismo, uno con una Epic se baja y cuando me quiso dejar paso ya me caía, así que mi gozo en un pozo, de modo que a subir a pie con el resto de la peña, pero Farma que iba encorajinado dijo, “esto lo subo yo por mis coj.....” y con furia subió hasta arriba subido en la bici.

Bajada por la ermita, divisando el terreno que luego ¡tendríamos que subir!, Ahhh…, que horror. La bajada tenía un anuncio de la organización “bajada Peligrosa”, no obstante sólo había cuatro charcos desperdigados, algunos charcos con barro, nada inquietante, ya la conocía del año anterior y bajé muy bien aunque Farma, obviamente, bajó más rápido que yo, cruzamos otro río, tomamos el asfalto nuevamente pero por poco tiempo, giro a la izquierda y otro sello en el pasaporte (se pusieron ayer más sellos que en ninguna carrera, vamos, cualquiera se escapaba). Carril arriba, cerca del Cuartel pero antes de llegar, la primera ambulancia del día (que yo viese) que se llevaba a un ciclista, y nada más superar a la ambulancia otra bajada por unos matojos, carril que sólo cabe una bici, con mucha vegetación y un ciclista delante mía se cae por un lateral y da varios tumbos, sin consecuencias, después lo vi entrar en meta cuando ya volvíamos de comernos el bocata de lomo calentito. Entramos al cuartel de la Legión, Farma estaba allí, tomamos líquidos, rellené el camelbak y en camino de nuevo. Ahora tocaba un camino de sube y bajas pero tranquilo, íbamos casi solos, pasamos junto a casas, nos topamos con un marchador conocido, JESUS SOLERO, compañero y amigo de Pedro Liñán, le grité, intercambiamos impresiones y seguimos la marcha, yo aproveché para comer dátiles porque era el único camino medio normal, sin sobresaltos, nuevo sellado en el pasaporte y ya el Sol no aparecía, sólo muy brevemente y había algunas ráfagas de viento. Llegamos a Arriate, atravesamos el pueblo en dirección al repetidor famoso, cuesta que este año pude superar con normalidad, mientras que iba contemplado a ciclistas que caminaban y otros no llegaban hasta arriba, se descabalgaban de sus burras, aquí pude disfrutar gracias a mis sufridos entrenamientos. Poco después de acabar esta larga subida llegamos a otro avituallamiento, sólo un vaso de isotónico y un trozo de plátano, después me enteré que me había saltado otro avituallamiento, el ubicado al inicio de la cuesta del repetidor de Arriate, en el que no me detuve. Aquí el camino ya nos llevaba a Ronda, estos carriles los conocía, bacheados, algunos charcos y poco más, casi llano hasta llegar a una dura subida tras atravesar la Carretera, allí de nuevo la Benemérita cortó el Tráfico para que pasásemos los ciclistas, hay que destacar lo bien que estuvo en todo momento la Guardia Civil, la Policía Local y los de Protección Civil, pues detenían el tráfico cuando las normas de la carrera contempla lo contrario, es decir, prioridad a vehículos. Farma se escapó y luego me esperaba en otro sitio donde sellamos, bajamos una larga cuesta por carriles, muy rota, seguida de un par de largas rectas de carriles y bajamos a gran velocidad una carretera que ya entra en Ronda, por el casco antiguo, creo que aquella zona empedrada y de arcos se llama El Zoco, esta subida era la última en la pasada Edición de 2008. Farma iba delante, yo le seguía y al final de estas duras cuestas estaban nuestras respectivas esposas, gritando y dando ánimos, hay una foto mía llegando al final de esta zona.

Poco después parada para sellar, nos colocan una etiqueta verde que significaba el inicio de la segunda vuelta. Ahora comenzamos a bajar POR UNAS ESCALERAS, digo bien señores, por unas escaleras empedradas que bajan a la parte baja del Tajo, pues bien, por allí mismo, por esa estrecha escalera, ya subían los PRO, los ciclistas que acababan la prueba, uno de ellos farfullaba “no os queda na”. Por cierto, en uno de los boquetes metí la rueda y caí por delante de la bici, pero salté con suerte, y dos duatletas me sujetaron la bici. En fin, de allí bajamos otros caminos conocidos y después carriles rotos de la conocida cuesta del cachondeo, por allí nos cruzamos con marchadores, después viene una parte asfaltada donde hay un cuestón que acaba en una curva que parece una pared, no exagero, pero lo subimos sin contemplaciones, ya el año pasado lo subí con Pedro. A todo esto yo le comentaba a Farma “lo bueno es que ahora en la vuelta la organización habrá cambiado la ruta y no creo que nos metan por el barrizal de esta mañana”. ¡JA!.

Bajamos otras cuestas y llegamos a un avituallamiento donde comí revuelto de frutos secos y bebí otro isotónico. Ahora sólo nos quedaba por subir la archifamosa Ermita.

Farma, que está más fuerte que un limón, ¿de qué me suena esto? comienza la subida pasando a ciclistas, yo iba más despacio, y fui cogiendo más lentamente a gente, pasando en el kilómetro segundo de la subida a todos los de un grupo que siempre los iba pillando, eran de un club de Puerto real (por ejemplo en el repetidor, en la supercuesta de fuera de Ronda, etc.) pero que también me cogían cuando paraba en avituallamientos. Total, que en el kilómetro tercero de la subida se había aclarado bastante los carriles, después hay una zona de recuperación para acometer la última parte de la subida y más dura en cuanto a grados de desnivel. Aquí ya iba la peña a pie, yo a Farma no lo ví, las cuestas son más cortas en este tramos, pero más rotas y con gran pendiente. A trescientos metros del final eché pie a tierra, era imposible superar boquetes y la dura cuesta, pero me sentí muy satisfecho porque no veía a nadie que subiese montado, es más había dejado a gente mucho antes que iban caminando. Estas subidas son difíciles hasta subirlas a pie.

Farma me lo encontré en la misma Ermita, junto al cartel que anuncia “bajada peligrosa”, Farma me anima a bajar la cuesta de los romeros, y la hago como puedo, poquito a poco.

Abajo encaramos otras cuestas y llegamos a Montejaque, nuevo sellado y ahora bajamos las cuestas empedradas, salimos a la carretera, la meletérica nos daba paso y después descendimos otra cuesta muy rota que subimos por la mañana. El tiempo ya había cambiado, fuertes rachas de viento, nublado muy negro y un poco de rasca, pero sin problemas. Farma y yo nos acordamos que hay que orinar, no lo habíamos hecho en todo el día y nada más bajar por otra cuesta que lleva paralela a un río de Benaoján, con gran caudal, paramos a evacuar. Allí nos pasan unos cuantos ciclistas.

Pasamos los carriles de la Cueva de El Gato, son los mismos de los 101 KMS, en una parte, y atravesamos un enorme charco de lodo pestilente junto al río, entre cañaverales, sin problema, por medio del barrizal. Salimos a una cuesta que todo el mundo se baja, tanto para subirla como para bajarla, junto a la carretera, detrás de un quita miedo. Salimos a la carretera y seguimos así hasta entrar a otro campo, pero, gran decepción para mi, era la zona del barrizal de la mañana. En ese momento quedaban 7’5 kms, más o menos, hasta meta, comienzo medio bien, con ganas de acabar, y empieza a caer una manta de agua, el barrizal cada vez peor, terreno de arcilla, con fango, resbaló la bici a un lado, había subidas con barro y piedras, la gente a pie, ya eramos muy pocos. Farma se marchó nuevamente, yo iba caminado hablando con otro ciclista que me precedía, llovía fuerte a rato. Intento montarme y pedalear pero es imposible, las calas no entran en los pedales, con pegotes de barro por todos los sitios, la bici pesaba unos kilos de más, las ruedas totalmente embarradas por lo que intenté caminar por los bordes de los carriles por lo alto de la vegetación, no obstante iba resbalando en las subidas con los zapatos que no agarraban nada de nada. Allí me pasaron ciclistas hasta caminando. En dos kms de barrizal pudo tardar alrededor de 50 minutos. Cuando por fin se ve el carril de tierra medio normal, era de chinos y más compacto, me subí a la bici, sin poder meter los pedales pero aún así con gran coraje alcancé a tres ciclistas, los pasé y llegué al penúltimo avituallamiento. Farma estaba allí, tiritando, pegando saltos de frío. Comí frutos secos y un vaso de agua, y ahora empezamos a subir unas cuestas largas y duras, tipo Los Locos, pero más largas, pero allí me hinché cogí a todos los que veía subiendo la cuesta, a Farma se le salió la cadena y subía detrás, lo llamé y me decía que no había problema, eso sí, ahora COMIENZA UNA INTENSA GRANIZADA, no era granizo gordo pero si mucha cantidad, pero sin problemas, subimos mejor que todos los demás pues algunos se bajaban y continuaban a pie, pero nosotros dos fuimos los que quedamos subiendo con las bicis. Pedí fotos, a gritos, porque era para inmortalizar el momento, pero era complicado detenerse en esas cuestas con la cortina de granizo que caía.

Acaban las cuestas y escampa, salimos a otra carretera que nos adentra a la parte nueva de Ronda, llegamos a una zona antigua donde nos indica uno de Protección Civil que tomemos la subida por la escaleras, eran las mismas que usamos para bajar. Farma quiere intentar subirlas montado en la bici y consigue subir un tramo o dos, pero el suelo es de piedras resbaladizas, empinado y con sus escalones, así que empieza la subida a pie, se me acercan dos o tres ciclistas que me siguen a pie y empezamos una animada charla porque ya estamos llegando al final de la etapa, pasamos debajo de un Arco de una torre antigua estilo Árabe y nos golpea un airazo frío tremendo, posiblemente cero grados, no exagero, y es que mientras nos granizaba en Ronda había NEVADO. Un día que comenzó soleado, sin una nube, se tornó hostil y desapacible. Arriba nos esperaba el penúltimo sellado del pasaporte, otra etiqueta larga de color verde y Farma me dijo “tu ves como la hemos hecho junto”.

Entramos a las calles de Ronda, por encima del Tajo, pero en esta ocasión pedaleamos charlando, en paralelo y despacio, camino de la meta en la Alameda, dos ciclistas pegados detrás casi pidiéndonos paso, claro, entramos en la Alameda precedidos de dos corredores maratonianos, le digo a Farma, justo delante de la meta, a dos metros, que pasase él primero, me responde que no, que pase yo, otra vez que pase él, pero me empujó con la bici, a esto que los tres ciclistas hartos de esperarnos nos sobrepasan en la línea y el chico de la meta nos miraba con cara de asombro, le dije que apuntase el dorsal primero de mi amigo y con posterioridad el mío, Farma finalmente empujó mi bici con su rueda, GRACIAS COMPAÑERO.

En la meta nos hicimos algunas fotos, mi hijo estaba allí, yo creía que tardaría más que yo en su maratón y sin embargo entró en meta casi dos horas antes que yo, acabó a las tres de la tarde. Allí nos enteramos del frío que había hecho, se veía en los rostros ateridos de la gente.

Recogimos los regalos, el trofeo de cerámica, un llavero de regalo, un polo, y a comer un bocadillo de lomo calentito con cerveza. Allí mismo, en la Alameda. Fuimos a la casa de la Cultura a retirar los diplomas, pero abandonamos, ya lo recogeremos otro día nos dijimos, había una cola de gente considerable y daba cosa ver a la familia con una cara de frío tremenda.





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Me quité el maillot empapado y estrené el polo de regalo, me coloqué un jersey encima, había gente temblando de frío, no es broma, al lado nuestra en el mostrador de las bebidas había algunos atletas temblando y se oían los dientes.

Cogimos los coches, desarmé la bici que iba de pena, allí mismo en un contenedor de basura mi hijo tiró sus zapatillas (irreconocibles) y yo me vine descalzo, menos mal que eché calcetines de repuesto y además eran los buenos, los de hilo de plata, y así pude conducir hasta Málaga. Saliendo de Ronda, a la altura de las Navetas comenzó a nevar, una estampa preciosa.

¿El tiempo invertido en la prueba?, ni lo quisimos mirar, una barbaridad seguramente, sobre todo si la comparamos con la pasada edición de 2008, aquella era de 73 KMS e invertí 6 horas, entré con Pedro Liñán, y este año siendo más corta, 69 KMS, tardamos, probablemente porque tendré que verificarlo en la clasificación, una 1 hora y 45 minutos más. Pinchar en las imágenes para agrandar


Estando más entrenado y con más experiencia, pero la climatología propicia una estado pésimo de algunos carriles, y el desnivel supera al del año anterior, aunque dichos datos técnico se los reservo a mi amigo FARMA para que los exponga, desnivel, grado de dificultad, creo que ha sido considerable. Tengo la impresión, compartida también por JOSE MARIA, que hubo bastantes abandonos de ciclistas, además de por roturas mecánicas, por dificultad de la propia etapa. Todos los planes de cómo hacer la carrera, es decir, promedios, ritmo, cadencia, cálculos que uno hace para hacer la prueba con cierto criterio no sirvieron para nada. No hay ningún ritmo, lo mismo vas lanzado, pedaleando de maravilla y te cortan de repente, la gente bajada de las bicis, a pie, después el barro, pues si fuese un tramo corto se supera sin problemas pero no cuando de varios kilómetros de barro se trata, como ocurrió en la zona conocida como “El Campìllo”, paradas varias, que si el paso a nivel del tren, que si las otras cuestas con más gente que se paran delante tuya y te tienes que detener porque es un paso angosto que no puedes adelantarlos, etc.


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No obstante puedo concluir diciendo que:

Esta prueba evidencia la clara intención de superar a la mítica 101 KMS, es palmario que los organizadores quieren dotar de identidad propia a esta prueba y que se hable más de ella que de los 101. Con todos aquellos ciclistas que he intercambiado impresiones no han dudado lo más mínimo en admitirlo, e incluso manifestarse así a las primeras de cambio.

Que sirve, desde luego, como anticipo y preparación para los 101kMS, ya subimos este pasado Domingo la famosa Ermita, y no una vez, sino DOS VECES, y accedemos desde abajo del tajo otras DOS VECES.

Que los organizadores se han propuesto cambiar el itinerario todos los años, a diferencia de los 101KMS, rebuscando entre los posibles caminos rondeños que consideran propios para la práctica de este deporte en su aspecto más auténtico y genuino.

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Que afortunadamente pude acabarla y el ladrillo que entregan como trofeo le he cogido más afecto que a otros ¿porqué será?

Que las carreras nada tienen que ver con nuestras salidas por muy duras y largas que la diseñemos, pues se rompen todos los esquemas y planes que uno se haya hecho mentalmente (salvo excepciones, sin imprevistos). No se obtiene una media razonable y al final te paras muchas más veces de lo que te planteabas antes de salir. Al final, en una distancia muy inferior a veces a las que podemos hacer los Sábados se invierte bastante más tiempo. No obstante, es bueno de vez en cuando probarse uno en este tipo de pruebas para conocerse mejor.

Que tengo que felicitar a mi hijo y por supuesto a FARMA, que cumplió con lo que había dicho, pues pudo hacer un buen tiempo en la prueba y sin embargo me esperó hasta entrar conmigo en meta.

La Crónica de los 101 KMS se la dejo a otro, pues espero que el 16 de mayo nos acompañen más compañeros de los “Pokito a Poko” para “que puedan disfrutar” tanto o más que nosotros.